In Arte, Destacado, Libros, Noticias Written by

Tanto brillo, enceguece

Este fragmento es un adelanto de la obra titulada «El orco ilustrado»

Para más información, no dudes en seguir la cuenta de instagram @ApuUniversos

Luego de varios minutos en los que avanzaron entre las profundas aguas que reflejaban la adentrada noche, llegaron a atracar sobre una arena ennegrecida, que en su amplitud se distanciaba de las dunas que entre matas y barrancos separaba la playa de las hostiles madrigueras orcas.

—Hasta aquí llega “su boleto”, señor —dijo uno de los hombres, riendo.

—Gracias —le respondió Eldrige, con gesto adusto.

Mientras el mago descendía del bote y ponía sus botas sobre la arena, los hombres se miraron entre sí, incómodos.

—Disculpe, pero debe pagarnos, señor —le dijo entonces el más joven, avanzando unos pocos pasos en dirección del mago cuando el mayor lo empujó hacia adelante.

—Considera tu vida como un pago y podrán salir de aquí, joven —le dijo el mago, ya dándole la espalda.

—Señor —dijo tembloroso el más joven—, por favor, necesitamos la paga.

—¿Eso es lo que prefieren? —insistió el mago, alzando su ceja.

—Eso es lo que necesitamos —dijo entonces el hombre más corpulento.

—Está bien —dijo entonces el mago, con un profundo suspiro—. Siempre olvido que los hombres ponderan más el dinero que a sus propias vidas—, entonces el mago giró, terminando de dar la espalda a los hombres. Mientras se alejaba, les arrojó dos monedas de oro, que los hombres tomaron con enormes sonrisas en sus rostros.

—Es una Rueda de oro sólido —dijo el más joven, exaltado—. ¡Es mucho dinero!.

—¡Ahora sí! —dijo el otro, abrazando la moneda contra su pecho en un gesto teatral—. Por un buen tiempo estaremos salvados.

Al alzar su vista, los hombres vieron que el mago ya no estaba entre ellos. Sin embargo, vieron cómo un sin fin de puntos brillantes comenzaba a emerger entre las sombras.

Al observar sus manos, entendieron que las monedas brillaban reflejando la luz de la luna.—¿Qué son esas cosas? —preguntó el más joven, comenzando a dar pasos hacia atrás en dirección del bote.

El otro apenas pudo abrir sus ojos tanto como le fue posible.

—Vamonos ya de aquí —le dijo, susurrando.

—¿Qué? —respondió el primero, que no había oído.

—¡¡¡CORRE!!! —gritó el segundo, en dirección al bote.

Los hombres corrieron tanto como les fue posible. Estaban ya muy cerquita del bote, cuando el más corpulento fue abatido con una piedra lanzada en forma de proyectil que lo impactó de lleno en su nuca. Entonces, cayó en la arena, inerte.

El otro joven llegó al bote y con su hombro comenzó a arrastrarlo, enterrando sus pies descalzos sobre la arena con tanta fuerza como le fue posible, en dirección de las aguas profundas. La desesperación de no sentirse con la suficiente fuerza lo invadió por completo.

Intentó impulsar la barca con toda su humanidad hacia adelante, cuando un pie se posó sobre la parte contraria que él estaba penosamente arrastrando.

—Por favor —dijo, sollozando—. Por favor, les daré todo lo que tengo.

—Eso lo harás —le dijo entonces el monstruoso orco que puso su pie como resistencia del escape.

El joven, desperado, notó como los ojos negros y deformes se clavaban sobre los suyos, mientras la boca, repleta de afilados dientes, desprendía saliva.

—Aquí tienen oro —dijo, estirando la moneda—. Él tiene otra —agregó, temblando, señalando al hombre fornido, caído boca abajo sobre la arena—. Llévense todo, es mucho dinero.

—No es tu oro lo que queremos, humano —dijo entonces el orco, con sus ojos blancos y la piel roída cargada de surcos, mientras por su espalda aparecía una horda entera de su misma especie. Así, con una sonrisa de dientes afilados como un bocado de vidrios rotos de la que brotaba saliva y humo, añadió—. Es tu carne.

El joven entonces levantó sus brazos como fútil gesto de protección.

La moneda, al alinearse con la luna, provocó tanto brillo, que provocó en él un efecto enceguecedor mientras los primeros mordiscos se clavan en su carne.

Los gritos se perdieron en la oscuridad de la noche, mientras la sangre y la orina comenzó a manar por las arenas negras.

(Visited 58 times, 1 visits today)
Close