Qué extraña sensación la de levantarte con el sentimiento revuelto en la panza /
de que emprendes viaje./
Aprontas el mate, recibís los rayos de sol y aunque sepas que es asquerosamente nostálgico, te imaginas en unas horas con otro cielo, otras manos que reciben el mismo mate que acabas de armar.
Pero aunque te llevas lo que cargas, dejas lo que lograste enraizar/
Y eso somos, ¿no? /
Semillas dispersas por nuestros pasos, sentires que antes de apagarse fueron ojos vidriosos/
A seguir muriendo entonces de tanto en tanto, con la fantasmagórica sensación de estar /
un poco más vivos.
Apu
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